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El viento susurraba entre los árboles, llevando consigo ecos de antiguas leyendas. Odinson, el Dios del Trueno, se encontraba en un claro iluminado solo por la tenue luz de la luna. La puerta que tenía ante sí no era una puerta cualquiera; era un umbral entre mundos, un paso hacia lo desconocido. Su madera estaba desgastada, marcada por el tiempo y la batalla, y en su superficie se podían ver símbolos rúnicos que hablaban de destinos sellados y sacrificios inevitables.
El Verdugo, una figura imponente envuelta en sombras, sostuvo su hacha con firmeza. Sus ojos brillaban con un fulgor oscuro, un reflejo de la maldad que había cosechado a lo largo de su existencia. Había sido un adversario constante, un cazador de dioses, y ahora se había preparado para el enfrentamiento final. "Hoy, Thor, será el día en que tu inmortalidad se convierta en polvo", dijo con una voz profunda y resonante, como el eco de un trueno en la lejanía.
El corazón de Odinson latía con fuerza. Sabía que la batalla que se avecinaba no solo determinaría su destino, sino también el de todos aquellos que habían confiado en él. Había luchado contra gigantes, había enfrentado a monstruos y había defendido a su pueblo en innumerables ocasiones, pero esta vez, la lucha era diferente. Esta vez, la muerte esperaba tras la puerta.
Con un paso decidido, Thor se acercó a El Verdugo. "No temeré a la muerte, porque sé que he cumplido con mi deber", respondió, empuñando su martillo, Mjolnir, que brillaba con un resplandor dorado. "No dejaremos que la oscuridad consuma lo que hemos construido".
El Verdugo sonrió, un gesto que era más una mueca de desprecio que de alegría. "Tus palabras son tan vacías como el vacío detrás de esa puerta. Estás a punto de descubrir que incluso los dioses pueden caer". Con un grito de guerra, levantó su hacha y se lanzó hacia Thor. 20
El choque entre ellos resonó como un trueno en el cielo. Mjolnir chocó contra el hacha, generando una explosión de energía que iluminó el bosque por un instante. Los árboles temblaron, y los ecos de la batalla se extendieron por todo el lugar. Ambos guerreros eran poderosos, pero la determinación de Thor lo impulsaba a luchar con más ferocidad. 20
A medida que la batalla avanzaba, Odinson recordaba a aquellos que había perdido en el camino: su madre, su padre, y todos los que habían caído en la lucha contra las fuerzas de la oscuridad. Cada golpe que intercambiaban era un recordatorio de lo que estaba en juego. Pero su fe en la luz y en la esperanza lo mantenía en pie. Inmortal
El Inmortal Thor 20
Ficha técnica